Caminaba de un lado a otro
esperando la próxima
compañía.
Compañía sucia;
compañía al fin.
Su sexo seguía
con el mismo
calor de la mañana;
20 hombres no podrían
quitarle
lo mujer.
Algunos pagaban
por hablar,
otros por sostener un
corazón en el suelo.
Ella solo observaba,
los veía pasar,
en un vaivén
por su cuerpo.
A veces el cliente busca compañía, no solo el desahogo físico... me gustó tu escrito.
ResponderEliminarBuen finde.
El cliente queda satisfecho pero queda la duda en que pasa con quien brinda el servicio, saludos desde mi querida Guatemala
ResponderEliminarMuy interesante. Me gusto. Un placer seguirte.Te envío un fraternal saludo deseándote un bonito domingo
ResponderEliminarInteresante, sensible, me gusta.
ResponderEliminarEntra a mi blog si quieres:
www.microcuentame.blogspot.com
Saludos
DIVINO!
ResponderEliminarMe encanta tu estilo!
ResponderEliminar=) HUMO