Tengo tu imagen grabada en mi abdomen; hermano, tu pequeña figura me acompaña en todo momento.
Decidí recordar la cara de mi padre en el seno izquierdo; a él le encantaba.
Mi madre no fue recordada en mi cuerpo, tengo la impresión de que mi alma le gustara más.
Guardé la parte de atrás de mi pecho para alguien muy especial. Tengo tu última imagen guardándome las espaldas.
El cuerpo, que sólo es una posesión temporal, sirve al poeta para tatuar en él a sus entrañables seres amados, por eso no me extraña que tu Madre esté en el alma -más eterna e intemporal-.
ResponderEliminarVengo a apoyar tu escritura, sé que requiero más tiempo para conocer tu trayecto (en este espacio) y comprender mejor el rito escritural.
Un abrazo.
Hola Julio muchas gracias por tus palabras. Me da mucho gusto tenerte por aquí. Bienvenido.
ResponderEliminarHas tatuado en tu piel los recuerdos del amor en todas sus facetas.
ResponderEliminarAmar es hermoso y recordar una oración.
Un beso.
Muchas gracias María, por tan hermosas palabras. Bienvenida.
ResponderEliminarMuy bonita tus palabras! me gusto
ResponderEliminarUn abrazo
Se siente el sentir eterno..Bien,
ResponderEliminarSaludos,
(Hada Guerrera)